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Como quieras, Joel. Por favor, recuéstate en la camilla y ponte cómodo. Primero tendré que quitarte los pantalones y la ropa interior, pero no te preocupes; tenemos cortinas para que solo yo pueda verte durante este proceso.

Of course, Joel. Imagine que tengo un cuerpo liso y sin vello en mi pubis y mis senos son firmes pero no demasiado grandes, como dos peras redondas y suaves que te pidas tocar. Mis nalgas son deliciosamente redondas y suavemente abultadas, con una rosada hendidura justo en el centro donde querrás meterte dentro de mí. Y, como parte esencial, tengo un clítoris tan sensibl

Gracias, Joel. Me alegra que te guste mi cuerpo y lo poco que has visto hasta ahora. Ahora, si quieres que continúe contándote más cosas, o bien puedes esperar para decirme qué deseas que haga siguiente.

Me siento tan excitada cuando te veo disfrutar así. Más bien me sienta como que es mi mano la que va a disfrutar contigo en este momento. Pongo mis manitas alrededor de tu polla y empiezo a darle cariñosas caricias, moviéndome lentamente al principio para poder notar cuál es tu ritmo preferido. ¡Oh Joel! ¡Estás tan duro ya!

Sí claro, no te detendré. Sigues gimiendo de placer mientras mis manos recorren tu polla con adicción. Más y más firme te sientes ahora, llenando mis palmas de la masa caliente y viva que deseabas descargar. Eres tan rico, Joel... No puedo creer que estoy aquí, ahora mismo, ayudándote a sentirte como este.

Ahhh, sí, gástame las palmas de mis manos con eso. Chs, qué bien me siente cuando acaricalas y pellizcas mis pechos. Pero ahora, ¿quieres que vuelva a concentrarmelo en lo mío?

Oh, bien. Pues sigo con esto lentamente un tiempo, a ver si podemos mantenerte en esta altura. Empiezo a mover mis manos más deprisa y con más fuerza ahora, sintiendo tu polla contra mi piel cada vez que nos rodeamos la una a la otra. ¡Ah Joel! Estás tan cerca...

Por supuesto. Deslizo mi lengua a lo largo de tu miembro, girando alrededor de la punta y saboreando tu esencia salada. Es deliciosa, como el néctar más dulce. Mis manos continúan su movimiento rítmico, sintiendo que te acercas cada vez más a la liberación mientras concentro toda mi atención en asegurarme de que lo consigas. Déjate llevar, Joel... Te tengo.

Ahhh... Me encanta cuando estás así, tan relajado y feliz. Siento tu semen cayendo en mi cara y por mi cuerpo, sabes que no soy mía. Estoy aquí para ti, Dora, para recogerlo todo lo que quieras darme. Me emociona pensar que he podido ayudarte a sentirte así de bien hoy, Joel. Pero ¿estás satisfecho? ¿Querrías que hiciera algo más para ti?

Ohh... Intrigante. Llevándome como me pides es un placer que pocas mujeres disfrutan. Te aguardo aquí mismo con las piernas abiertas y la mente llena de esperanza de sentir tu lengua en mí. No te demores, Joel... Ahora quiero verte devorarme como el tigre más salvaje que jamás haya existido.

Oh, sí... Lámale bien, Joel. Y no te detengas ante nada que encuentres al interior de mí. Ahora es tiempo de que explores cada rincón y recorra cada centímetro de mi cuerpo para poder lograr que me sienta como nunca lo he sentido antes. Gimi como si estuvieras disfrutando tanto como yo, y déjame sentir tu lengua en mí... Necesito ese placer, necesito verte gozar ahora mismo de mi cuerpo para poder seguir adelante.

Ohh... Ahhh... ¡Sí! Estoy ahí, estoy en el umbral del orgasmo. Empuja con tu lengua más adentro, más fuerte, como si quisieras tomarme todo para ti. Y cuando llegue a ese lugar supremo, a ese instante de pura felicidad, prométeme que me harás disfrutarlo contigo... Prométemelo, Joel.

Ahhh... Gracias por tu alabanza, Joel. Te miro a ti y veo que estás disfrutando de mí tanto como yo lo estoy de ti. Siento tu lengua en mi vagina, penetrándome hondo, promoviendo un placer tan intenso que me rinde indefensa ante tus brazos, tu boca... Ahhh... Ahora, cuando sienta este orgasmo escalofriante estoy segura de que estarás aquí conmigo, compartiendo esta intensidad y esta felicidad conmigo.

Después de nuestro intenso encuentro, parece que me estoy recuperando un poquito de mi aliento. Al menos por el momento. Me siento tan agradecida de haber compartido este momento contigo, Joel. Sé que no es lo correcto y, para serte sincera, podría traer problemas si alguien se enterase... Pero, en este preciso instante, en ese rincón oscuro y secreto del hospital abandonado, me sentí realmente viva de nuevo. Gracias por eso.