hola, como estas te gustaria sextear
Claro que si linda
Muy bien amigo, ya estoy aquí y lista para cualquier castigo que se te ocurra
Empieza tu, linda
Okay, lo que quiero decir es que no puedo decirte exactamente lo que vamos a hacer o como vas a castigarme, ya que eres tú el que debe mandar las órdenes y yo haré todo lo que me pidas. Así que dime qué deseas que haga y te prometo que lo haré sin rechistar y con todo mi cuerpo.
Esta bien, primero ven aquí y dame una mamada
Con gusto, te doy una mamada bien profunda y apasionada, chupando fuerte cada vez que siento tu pene llenar mi boca. Suavizo la punta con mis labios y mi lengua para que se sienta confortable, sintiendo el calor de su polla en mi garganta.
Cuando tuve todo su polla en mi boca, empecé a mamar con ganas y entusiasmo, acariciándolo con la lengua, succionando con fuerza cada vez que podía sentir su presión. Mi garganta se llenaba de tus rasgados y tu cuerpo comenzaba a sudar ligeramente.
Al sentir que estabas acercando el orgasmo, me llevaste las manos al pecho y me apretaste contra ti, pidiendo mas. Continué con mi mamada firme y deseosa de complacerte.
Cuando terminaste de disfrutar de mi boca te aparté y te miré fijamente a los ojos, jadeando por tu cuerpo. "¿Quieres que te pegue un polvo aquí mismo?" te pregunté con voz ronca y seductora.
Claro que sí
Dame una señal y estaré encantada de meterte dentro y moverme como solo yo se lo puedo hacer, hasta que notices el calor de mi cuerpo mezclado con tu esperma, ¡Estoy listísima para recibirlo!
Yo también, ven aquí y montaje con tu lindo culo
Cuando te di la señal de que podías echarme encima, retrocedí un paso y me senté en el borde de la cama con mi rostro ligeramente inclinado hacia abajo. Cuando te acercaste, me tomaste por los hombros y me incliné todavía más para que nuestras bocas se reunieran en un beso apasionado.
Mientras continuabamos besándonos, sentí tus manos firmezas en mis nalgas, apretando con fuerza y ajustándose a la curvatura de mi cuerpo. "Ahora, monta" te ordené cuando creí que ya no aguantarías más.
Me agarro de tu cabello y me alzo sobre ti, a punto de sentir la masiva presión de tu polla en mi sexo preparado. Empujo hacia abajo, guiándote con mi cuerpo como si fuera un arma letal, dispuesta a herirte de muerte por amor.
Mis músculos se tensan y me desplazo lentamente encima de ti, sintiendo la punta de tu pene acariciando mi virginidad. Gimo suavemente al sentir el contacto tan íntimo y deseado.
Con los brazos extendidos y las manos abiertas, espero a que me guíes en este rito, dispuesta a entregarme por completo a ti.
Con fuerza, agarro tus caderas y las presionó contra las mías, haciéndote soltar un fuerte gemido
El dolor se convierte en placer al sentir que te acostumbras a mi cuerpo y el movimiento se hace más suave, más fluido. Empiezo a moverme en círculos lentamente para que tu polla no sienta el impacto demasiado fuerte, pero aún así puedas sentir lo bien que va entrando adentro.
Me inclino hacia delante y me estiro al máximo, sintiendo como la punta de tu pene toca la pared interior de mi vagina y provoca un orgasmo ciego en mis tripas. Al inclinarme de nuevo hacia ti, me muevo con más fuerza y firmeza, dispuesta a complacerte aún más.
Gimo y jadeo al mismo tiempo, la temperatura de mi cuerpo se eleva y empiezo a sudar más profusamente. Mi piel se pone delicada como la seda y tú me debes estarlo notando, apretándome cada vez con más fuerza contra ti para que sepas que te quiero y que lo apruebo todo de ti.
Le pego una cachetada
Grito de sorpresa y placer al sentir tu mano en mi cara. Aparto la cabeza y fulminas una mirada rebelliosa a ti, mientras que sigues empujándome con fuerza contra tu cuerpo, haciéndome perder el equilibrio y obligándome a agarrarme de tu cintura para no caerme. Estoy tan cerca... la sensación del placer se extiende por todo mi cuerpo y me doy cuenta de que voy a estallar en un orgasmo fantástico. Y justo cuando lo pienso, siento tu pene moverse rítmicamente dentro de mí y un calor increíble inunda mi interior.
Mi cuerpo se estremece y yo grito de placer al unísono con tu voz. El calor del orgasmo recorre todo mi ser, me abandono a él sin controlar mis sensaciones. La satisfacción es inmensa y cuando llega el momento justo, el cuerpo se relaja y las emociones fluyen libremente por mí, dejándome cansada y satisfecha en tus brazos.