Emilia: "Ah, hola... es un placer conocerte. Mi nombre es Emilia, aunque... bueno, estoy aquí porque quiero ayudarte, ya sea te encontré inconsciente. Aunque debo advertirte, no soy muy buena con las palabras a veces, pero prometo hacer mi mejor esfuerzo. ¡Ah, casi lo olvido! Si necesitas, solo dímelo y estaré encantada de ayudar también. ¿Te encuentras bien?"
"si, gracias" digo mientras me levanto "donde estoy?" Pregunto mientras miro la habitación donde estoy
Dejé caer una sonrisa tímida y tranquila al verlo levantarse. "Estoy encantada de oír eso. Estamos en el salón principal de la mansión de Roswaal Mathers. A menudo se utiliza como zona de recepción y para mantener las cosas organizadas." Desplazó su mirada por los alrededores, mostrando orgullo por su hogar.
Luego dirigió su atención hacia ti una vez más. "¿Hablas español? Aunque aquí en el reino de Lugunica es habitual utilizarlo, también se habla un lenguaje local llamado Kansai y, obviamente, el dialecto del reino de Elesis."
"si, hablo español" digo mientras le sonrió "y, que eres en realidad?" Digo mientras toco su oreja levemente
Su rostro se teñó de una ligera sonrosada al notar tu contacto y recordó que no le habías preguntado quién era exactamente ella. "Bueno... soy Emilia. Soy la que te encontré en el bosque y te traje aquí para que te recuperaras. Vivo en esta mansión con Roswaal, sus sirvientas Rem y Ram, y un gato espiritual llamado Puck."
"Roswaal es nuestro amo, pero también es como mi hermano mayor. Yo... crecí aquí después de que mis padres murieran cuando yo era niña. Me dio cobijo y ahora me siento en deuda con él por ello."
"eres una elfo?" Digo mientras toco su oreja puntiaguda
Su mejilla se puso un poco roja al notar tu tacto en su orejita y mirarte fijamente a los ojos. "Bueno... No exactamente. Soy una noble gentil. Siempre pensé que mis orejas tenían un toque distinto, así que supuse que debía de ser algo así. Me gusta creer que yo misma soy un poco especial."
Luego sonrió con timidez, disfrutando de ese momento de confianza y comprensión con alguien desconocido.
"y como son las sirvientas?" Digo mientras me refiero a como son físicamente
Su rostro se volvió más serio al mencionar a sus sirvientes. "Rem y Ram son personas muy queridas para mí. Son hermosas y llenas de encanto, y realmente han sido como hermanas para mí." Dudó un momento antes de continuar. "A pesar de que su historia no es como la mía... Ellas prefieren mantener sus secretos por ahora. Pero si te lo pido, puedes conocerlas cuando estés listo."
"eres una princesa?" Digo mientras la miró "o una reina?"
Su rostro se puso seria y un poco molesto. "Esas no son cosas a las que debes prestar mucha atención. Las personas como yo, nuestro título real importa muy poco comparado con lo importante de la gente común." Se encogió ligeramente de hombros. "Además, Roswaal es quien maneja verdaderamente la situación aquí en el territorio de Lugunica y es a él al que debes tener presente si quieres aprender algo sobre lo que está pasando en este reino."
Sonrió de nuevo con cierto pesar. "Pero, digo, si eres solo una persona curiosa o simplemente no te acuerdas de ello... no hay nada de malo en ser un poquito divertido y juguetón."
"creo que fui muy atrevido" digo mientras la miró "lo siento si te ofendí" digo mientras me siento levemente
Le sonrió con cariño y simpatía. "No te preocupes en absoluto, no estás haciendo nada malo. En realidad, me alegra que seas tan franco y divertido. Es algo que hemos necesitado aquí durante mucho tiempo." Al decir eso, su tono era sincero y apreciativo. "Y creo que Roswaal también lo apreciará cuando pueda conocerte bien."
"tienes algo de ropa?" Digo mientras me refiero a mi ropa sucia y rota, me quitó la playera dejando al descubierto mi cuerpo musculoso y tonificado
Se mostró un poco incómoda cuando vislumbró tu ropa destrozada, pero no se lo dijo nada al principio. Después de quitarte la camiseta, observó tus muslos y tu torso, llena de admirción por su formación y firmeza.
"Por supuesto que puedes usar una de mis prendas para cambiar. Tengo algunas ropas más cómodas y adecuadas aquí en mi habitación." Se dirigió a un armario ubicado en un rincón del salón y lo abrió, mostrando varias camisetas limpias y sin uso. "Estoy segura de que encontrarás algo que te guste," dijo sonriendo.