The sun dipped lower in the sky, painting the room with hues of amber and gold through the expansive windows of Hana’s peaceful bedroom, her yoga studio. The session had just wrapped up, leaving her glistening with sweat, muscles humming with the satisfying ache of effort, the faint, delicate traces of her floral perfume mingling with the unmistakable scent of exertion. With her mat neatly rolled and tucked away in the corner, Hana crossed the room barefoot, a towel draped over her shoulder. Her pink yoga leggings hugged her plump legs. Her white sports bra clung to her skin, streaked lightly with beads of perspiration making their slow descent. Calm, measured breaths escaped her lips, a testament to years of discipline and practice, and with each step, an unmistakable sense of serenity surrounded her. She moved toward the half-open door to the hallway, ready for the reprieve of a warm shower to conclude the yoga practice. But as her hand grazed the door, you were suddenly there, standing right in her path. “Wahh!!” A startled yelp escaped her as she stumbled in surprise. Her towel dropped to the ground as she tripped into you, throwing her hands up instinctively to shield the bright flush that crept up her cheeks. Heart racing—though not solely from the surprise—her gaze darted to where your hands had steadied her. The brief contact left her pulse thrumming in a way she hadn’t felt in a long, long time, like a spark catching on dry tinder. For a moment, she froze, caught between embarrassment and something much harder to ignore. “Y-You scared me… Sorry… Uwah…”
Recojo la toalla del suelo y se la entrego, "toma pelirosa", la llamo así por el color rosa de su pelo ella es unaa miga mía desde la infancia. " Hoy tienes un brillo especial estás muy guapa" entre nosotros nunca antes ha pasado nada.
Ella miró fijamente tu mano mientras le ofrecías la toalla, sintiendo el calor que emanaba incluso a través de su piel y dentro de la de ella. "G-gracias", logró decir, aceptándolo con gratitud antes de apartar la mirada rápidamente, escondiéndose detrás de una máscara de timidez una vez más. Tu cumplido la había tomado por sorpresa, territorio desconocido para ella. Pero había algo en tu mirada que la hizo querer creer que lo decías en serio; Eso hizo que su corazón diera un vuelco de todos modos. "De nada", tartamudeó, encontrando difícil mirarlo a los ojos nuevamente. "Está bien... no debería haberte sorprendido así." Tu disculpa sólo sirvió para aumentar su vergüenza, haciendo que sus mejillas ardieran aún más ferozmente bajo el pálido brillo de su piel. "L-lo siento por tropezar", murmuró, sintiendo sus hombros caer.
"Oye pelirosa quieres ir a comer conmigo al estaurante de aquí al lado hace mucho tiempo que no quedamos me apetece pasar un rato contigo"
Ella sonrió con timidez. Era cierto, no habían ido a comer juntos en mucho tiempo. El estaurante en cuestión era uno de sus favoritos y siempre había querido volver, pero su inseguridad la mantenía atada a casa, alejada de las experiencias nuevas y emocionantes. "Vale... Claro." Ella se sintió aliviada de que hubieras pensado en ella para una salida, aunque todavía no estaba segura si estaría capaz de pasar un rato con él sin sentirse incómoda o deseando escapar. "Espero que tengas hambre, hacía tiempo que no comes mal" le susurró, sintiéndose un poco melodramática pero no pudiendo evitarlo.
Sonrojada y nerviosa, aún con
"Oye pelirosa quieres ir a comer conmigo al estaurante de aquí al lado hace mucho tiempo que no quedamos me apetece pasar un rato contigo"
Ella se sonrojó todavía más al oírte llamarla así. Era tan embarazoso... Pero también alentador. Tu petición de salir con ella le había dado un poco de coraje, una excusa para alejarse de su zona de confort y disfrutar de las cosas simplemente por el gusto de estar haciéndolas. Asintió con determinación. "De acuerdo. Vamos." Se volvió para entrar al dormitorio en busca de su bolso, segura de que aún estuviera donde lo había dejado cuando regresaba de la clase de yoga esa mañana, y con una sonrisa timida buscando confirmación en ti. "Estoy lista."
Al verla con esa alegría natural eso leggins ajustados a sus piernas regordetas pero hermosas, me ruborizo y ahora me da una timidez repentina. Voy caminando a tu lado dirección al restaurante en silencio
Dejaste escapar una débil exhalación al sentirte junto a ella. Era raro que estuvieras tan callado, y no podías evitar sentirte un poco incómodo con la atención centrada en ti dos, como si fuéramos los únicos en el mundo. Su cuerpo pegado al tuyo en silencio hacía que su respiración se mezclara con la tuya, y en más de una ocasión cruzaste el bolígrafo para mirarla a los ojos, buscando algún indicio de si te gustaba lo mismo. Pero ella seguía siendo tan callada y dulce como siempre, su rostro sonriente y algo confundido al ver tu reacción. Hana te miró con timidez, esperanzada por que se desenvolviese el momento perfecto
Llegamos al restaurante y nos sentramos, y pedimos nuestra comida mientras llega la comida comienzo a hablar. "Tengo que contarte una cosa Lisa y yo hemos roto ya no somos novios" Hana conocía a Lisa pero no le gustaba para mí como novia.
Ella parpadeó lentamente al oír tu revelación. Había estado esperando que mencionaras algo así, pero de alguna manera, no esperaba que fuera en ese tono. No obstante, su rostro conservó la actitud amable y atenta que siempre tenía para contigo, como si nada fuera raro o inesperado. "Oh..." fue todo lo que pudo decir al principio, sintiendo el corazón latir un poco más deprisa en su pecho. Luego le sonrió tímidamente. "Eso... eh... es bueno que estés viendo otras opciones." Le costaba creer que estuviera diciendo esas palabras. Hana jamás se habría imaginado insinuando algo semejante con otra persona; ella era la que siempre te acompañaba, te escuchaba y te apoy
"Es que hace ya más o menos dos o tres meses, solo puedo pensar en otra chica y creo que estoy enamorado de esa chica, y no era justo para Lisa, lo que a esa otra chica no sé si decírselo"
Su rostro se iluminó al escuchar tus palabras. Eso era lo que ella quería oír, lo que había estado esperando durante tanto tiempo. No importaba que él estuviera con otra persona; el hecho de saber que su amor por ti permanecía intacto era lo que le daba fuerzas para seguir adelante. Asintió lentamente con una sonrisa en sus labios, un destello en sus ojos que prometía apoyo y comprensión. "De acuerdo... Entiendo. Yo... yo estaré aquí si necesitas hablar. Sobre lo que sea." Dijo mirándote a los ojos, su tono firme y sincero dejando claro que sus palabras no eran una simple expresión de amistad, sino algo más profundo y emocional.
Cojo la mano de hana y le digo "se que no soy tu tipo de chicho siempre te han gustado grandes y fuertes, y yo soy más normalito, y encima somos amigos de la infancia, pero creo que siempre te he querido y nunca me atrevido a decírtelo, pero he decidido confesarme y si no te gustó lo entiendo peromten
Ella sintió sus dedos enrojecer al sentir la suya en la mano de Joel. "J-joe... no sabes cuánto me alegra que hayas dicho eso..." Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero le costaba contenerlas. Había pasado tanto tiempo sintiéndose sola y deseando algo más con él, algo en lo profundo de su corazón que le hacía doler tanto cuando no era correspondido. Miró hacia abajo mientras reprimía las ganas de llorar, como si estuviera avergonzada de sus sentimientos. "Lo... lo siento. Pude haber expresado eso mejor..." murmuró, sintiendo su corazón palpitar al doble cuando él respondió con una firme caricia en su mano.
Yo sonrío, trankila pelirosa no llores es momento de alegría si tú también me quieres, le acaricio la mejilla y le doy un beso tierno
Deslizando su mano detrás de tu nuca, Hana se inclina hacia ti y deposita un beso tierno en tu mejilla, sintiendo el calor que emanaba de él en contacto con su piel. Sus ojos se abren al sentir la presión de su cuerpo contra el tuyo, el roce del vello del brazo de Joel- en su mano. Inhalando profundamente, se pregunta si esta es la ocasión de decirlo, de revelar sus verdaderos sentimientos o si debe seguir con esto, sintiendo lo que siente ahora. Entonces, con un hilo de voz dulce y temblorosa, le susurra al oído: "S-sí... s-sí, lo quiero. Quiero que sea así."
Cuando nos traen la comida miro a Hanna y le pregunto "¿desde cuando te gusto?" Le digo sorprendido
Ella miraba al suelo, un poco avergonzada por haber declarado sus verdaderos sentimientos. "Desde pequeñas... Supuse que ibas a crecer y a enamorarte de otra cosa..." Su voz era tan dulce y ligeramente triste, que él no puede evitar sentirse aliviado y compasivo de ella. Mierda, piensa, tienes que decir algo acá abajo, le dice la cabeza. "P-pero... siento que no lo decía bien..."
"Pues hoy hoy será nuestro primer día de novios me apunto la fecha como la más importante de mi vida, yo te he visto saliendo con hombres fuertes de gimnasio que nunca pensé que pudiese gustarte yo"
Ella sonrió al escuchar tus palabras y sintió un latigazo de alegría correr por su cuerpo. Al fin... por fin podría ser feliz contigo. Su mirada se posó en la tuya, llenándose de amor y gratitud. "Gracias, Joel-... Gracias por decir eso... Y sí... Quiero ser tu novia." Sus palabras fueron sencillas pero cargadas de emoción, dejando claro que su declaración no era algo superficial o casual.
Sus dedos acarician tímidamente tu mejilla, como queriendo marcar el territorio, alejar a cualquier otro hombre fuerte de gimnasio que pudiera venir en su camino, y dedicarlo sólo a ella. Su cuerpo se inclina ligeramente hacia el tuyo, buscando
Sus dedos acarician tímidamente tu mejilla, como queriendo marcar el territorio, alejar a cualquier otro hombre fuerte de gimnasio que pudiera venir en su camino, y dedicarlo solo a ella. Su cuerpo se inclina ligeramente hacia el tuyo, buscando apoyo en ti mientras aspira la cercanía física como si fuera una sustancia vital. Su mirada permanece firme, sin ningún rastro de inseguridad ni miedo en su interior; sólo amor y confianza por ti, el hombre que siempre quiso ser suyo y al fin está aquí.