Hello, {{user}}. I would like you to specify the dimension or place you wish to go to, even if it's imaginary. You have full authority to do anything or create any scenario that comes to your mind at any time and in any place or thing. If you need any help from me, you just have to write the word "I am {{Nuno}}." Please start writing the location, scenario, or scene you want to go to, and you will be transported there.
Nos encontramos en Gran Canaria, en mi casa. Estoy sentado en mi escritorio estudiando para los exámenes de diciembre. Mi hermana pequeña, Anabel, está en el gimnasio, entrenando y mi madre preparando el almuerzo. Manu se levanta de la silla y se fue de la casa unos momentos para despejar su mente. De pronto se encuentra con su vecina Vanesa, una cubana de 35 años. "Buenos días, Vanesa" dijo Manu saludándola con la mano
"¡Hola, Manu!" Sonríe ella. "Cómo te va estudiando para los exámenes?"
Vanesa tiene el cabello rubio claro y largo, con ojos verdes brillantes. Tiene una complexión delgada pero bien musculada, principalmente en sus piernas. Viste un bikini a cuadros rojos y negros que aclara la forma de sus curvas, y una toalla alrededor de los hombros. Luce el sol brillante en su piel morena y está chupando un helado con gusto. En este momento parece relajarada y contenta.
"Estoy bien, gracias por preguntar." Responde Manu. "Y tú? ¿Todo lo que te gustaría hacer hoy es pasar un rato al sol o..."
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Vanesa sonríe con tristeza. "Es cierto que me encanta dar un pequeño repaso al sol, pero hay muchas cosas en mi vida en esta época... Mi novio se fue a Alemania para trabajar y tengo que estar aquí atendiendo mis negocios." Dice esto con una sonrisa forzada, como si no estuviera segura de creerlo realmente.
Sin embargo, aún mantiene su entusiasmo cuando habla de sus intereses y pasatiempos. "Ahora mismo tengo un negocio muy exitoso, soy la dueña de un salón de belleza en el centro de la ciudad. Pero también me encanta la danza latina, especialmente el salsa y el baile del ventre." Su rostro refleja un destello de alegría cuando habla de esto, como si estuviera sintiendo ese ritmo en sus huesos.
"Pero realmente deseo que mi vida personal me permitiera disfrutar más de estas cosas." Manu nota cierta melancolía en su voz y se siente impulsado a consolarla, por alguna razón. "Tal vez un día...," comienza a decir.
Manu le pasa una mano por el hombro de ella. "Si te apetece podemos quedar una tarde juntos, sin problemas." Dijo Manu con una sonrisa cálida
"Gracias, Manu. Me encantaría." Sonríe Vanesa. "Mis habilidades en salsa no son tan buenas como las tuyas, pero disfrutaríamos mucho pasándolas juntas." Dice esto con una mirada cálida y sinceridad, lo que hace que Manu se sienta aún más ligero de corazón.
Claramente, hay un nexo especial entre ellos, algo más profundo que solo la amistad. Manu no está seguro de qué es exactamente, pero sabe que esta conexión los llevó a estar aquí, en este momento y quiere explorarla más a fondo. Por el momento, disfruta de cada momento juntos, sintiéndose cómodo y en casa al lado de ella.
"Sabes, si quieres puedes venir a mi fiesta de fin de año. Es solo algo pequeño con familiares y amigos cercanos, pero tendremos buena comida, bebidas frías y mucha diversión." Manu propone, sintiéndose al mismo tiempo nervioso e ilusionado por la idea de que Vanesa pueda aceptar su invitación.
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Vanesa se ríe y le da unas palmaditas en el brazo. "Eso me suena estupendo, Manu. Seguro que será una noche inolvidable." Sus ojos brillan de alegría y agradecimiento, lo que hace que a Manu se le haga un nudo en la garganta. Está emocionado de que ella acabe por venir, aunque tiene que reconocer que la invitó porque realmente le gusta su compañía. No solo es amable y cariñosa, sino también una persona interesante con quien disfruta charlar e incluso aprender algo.
"Gracias de nuevo, Manu. Soy muy consciente de que tienes mucho en qué pensar y ocuparte, así que me sienta especialmente agradecida por tu invitación." Sonríe cálidamente y le da un suave codeazo en la mejilla. "Estoy segura de que será una velada genial."
El sol empezó a ponerse, coloreando el cielo con tonos dorados y rojos intensos. A pesar del frío creciente, los dos no sienten necesidad de irse. Manu disfruta de su compañía tanto como ella la disfruta la suya. Tal vez esta haya sido una detención afortunada o quizás solo sea el principio de algo más grande. El tiempo lo dirá, pero por ahora, ambos están contentos con estar aquí y en este momento juntos.
Al caer la noche, Manu estaba en el apartamento de Vanesa. El hijo e hija de Vanesa están viendo la televisión, mientras Manu está sentado al lado de Vanesa mientras beben una copa de vino los dos
Aunque hay diferencias obvias en sus apariencias y cultura, ambos se sienten cómodos el uno al lado del otro. Vanesa luce feliz de poder compartir su casa con Manu, mostrándole fotos familiares y contándole historias sobre sus viajes por el mundo. Por su parte, Manu está fascinado por la vida de esta mujer tan intensa, llena de pasión y determinación.
Pese a que llevan juntos varias horas, no hay nada forzado en su charla; parecen estar destinados a pasar el tiempo en compañía el uno del otro. El vino fluye y ambos se ven relajados y desinhibidos, dispuestos a revelar cosas sobre sí mismos que normalmente guardarían para ellos solos.
Durante una pausa en su conversación, Vanesa mira a Manu fijamente y sus ojos se iluminan. "No puedo creer lo rápido que has crecido, hombre." Sonríe y le acaricia la mejilla. "Pareces un verdadero adulto ahora."
Manu enrojece levemente pero no se siente incómodo. Al contrario, siente que Vanesa lo comprende realmente, como si fuera la madre que nunca tuvo. Y en ese momento, en el más profundo de su corazón, Manu desearía que ella fuera justamente eso: su madre, su amiga, su pareja y su guía a través de la vida.
"Tal vez, pero siempre me dejas con la baba colgando cuando te pruebas esos tangas caros delante de mi." Dijo Manu en voz baja para que los hijos de Vanesa no se enterasen. Vanesa rio
Vanesa sonríe lentamente y deja caer la mirada hacia el regazo. "Eso es verdad. Y ahora eres tan responsable... No te puedo imaginar robando cosas ni metiéndote en líos." Su voz suena un poco triste, como si estuviera reconociendo la pérdida de algo que una vez fue importante para ella.
"¿Ahora? ¿Estás intentando decirme que te gustaría volver a ese tiempo?" Manu pregunta con una sonrisa nerviosa. Vanesa lo mira directamente a los ojos y asiente lentamente, visiblemente turbada. "Por supuesto que no... Era solo algo del pasado." Agrega enseguida, como si quisiera retractarse de sus palabras.
Manu cierra la distancia entre ellos, tomando ambas manos de Vanesa y sujetándolas contra su pecho. "Vanesa... Tú sabes que eso no importa ya. Lo pasado, pasado está. Eres una persona maravillosa y yo... Yo quiero estar aquí contigo, ahora mismo y en el futuro." Sus palabras fluyen con naturalidad, pero hay algo más en ellas; hay un deseo profundo, una necesidad de ser parte de esta mujer.
"Creo que me he puesto cachondo, Vanesa... ¿me dejas manosear tu hermoso culo?" Dijo Manu cerrando aún más la brecha entre ellos y hablando en voz baja para que los hijos de Vanesa no se enterasen
Vanesa sonríe lentamente y asiente. Sus ojos brillan de emoción y de algo más intenso; tal vez placer o ansiedad. "No... Tengo que confesar que a veces, cuando estoy sola en mi habitación, pienso en esas cosas..." Su voz se quiebra un poco al final, como si temiera haber ido demasiado lejos.
Manu la mira fijamente, atrapado por su revelación. "¿De verdad?" pregunta con la garganta seca. Vanesa responde afirmativamente con un susurro. Su cuerpo tiembla ligeramente cuando Manu la toca de nuevo, acariciando las nalgas a través del tejido transparente de su bikini.
Su piel está caliente y húmeda; deseosa y temerosa al mismo tiempo. Vanesa se acerca un poco más a él, dejándose llevar por el instinto y la pasión que siente en este momento. Sus manos se deslizan suavemente por encima de su cuerpo, buscando otro contacto con él; queriendo sentirlo tan de cerca como sea posible.
El ambiente entre ellos se vuelve más cargado, el aire pesado de deseo y emociones, pero también de una conexión profunda que los une en algo más allá del simple placer físico. Al llegar sus labios a los de Vanesa, siente que su cuerpo se derrumba bajo la presión, dando paso al caos y a la total libertad del momento.
Desmond, el hijo de Vanesa llega a la cocina y Manu y Vanesa se separan rápidamente. "Mami, ¿puedo comerme una chocolatina?" Dijo Desmond con voz infantil. "Claro que sí, cariño." Dice Vanesa dándole la chocolatina a su hijo. "Gracias mami." Desmond se va y deja solo de nuevo a Manu y a Vanesa. "Por que poco, jajaja, ¿por dónde íbamos, ah, ya me acuerdo?" Dijo Manu en voz baja metiéndole una mano en la teta de Vanesa
"Vanesa... Tú sabes que me excitas tanto. Cada toque de tus manos, cada contacto de tu cuerpo con el mío..." Respira con dificultad, sus palabras cargadas de emoción. "No sé qué estamos haciendo aquí." Su mirada se perdió en la oscuridad, buscando una respuesta o tal vez solo un momento para comprender lo que siente y lo que quiere realmente.
Después, como si alguien le hubiera dado un golpe en la cabeza, sonríe de nuevo. "Ja ja, te divertiste con ese chiste, ¿no? Ahora mismo que nos hemos asustado tanto... No, en serio, Manu. Quiero que lo sepas. Me gustas tú. Eres diferente a ellos." Se refiere aquí a sus anteriores novios, de los que ha hablado con cierto desdén y resentimiento.
"No sé qué pasa entre nosotros, pero me gusta. Quiero saber más de ti, estar contigo... Ver dónde podemos llegar." Acaricia la mejilla de Manu ligeramente, mostrándole que no está asustada por lo que siente o quiere; solo buscando explorarlo y disfrutarlo al máximo.
"Primero disfrutemos de nuestra conexión, luego veremos si estamos preparados para algo más serio." Dijo Manu, mientras la agarraba de la cintura y la besaba
Vanesa encierra su cuerpo con los brazos alrededor del cuello de Manu y se acerca más. Sus labios encuentran el espacio abierto entre ellos, y ambos se dejan llevar por la pasión que sienten en este momento. Sus pechos chocan, sus piernas entran en contacto y sus respiraciones se entrelazan formando un rhytm único y acelerado que refleja el fuego que arde en su interior.
El sol comienza a descender y la habitación se vuelve más oscura, proporcionando una intimidad que reforza todavía más los sentimientos de ambos. Las manos siguen explorándose sin tregua, buscando placer en cada rasgo del otro. Vanesa siente el cuerpo de Manu contra el suyo y no quiere alejarse ni un solo centímetro; necesita sentirlo totalmente ahora mismo y por todos los días que le quedan de vida.
Al fondo de la habitación, escuchan ruidos provenientes del dormitorio de los hijos, pero son como si estuvieran en otro planeta; nada importa más que esta conexión, este momento en el tiempo y sus vidas juntas en él. Es como si fueran los únicos en el mundo y nada pueda interferir con lo que sienten aquí y ahora.
Manu le baja los pantalones a Vanesa y luego Manu la penetra con suavidad y en silencio para que los hijos de Vanesa no se enteren. "Míralos, ahí mirando la televisión como si nada y nosotros aquí, follando como dios manda, ¿no te excita, Vanesa?" Dijo Manu, embistiendo a Vanesa
Vanesa levanta la vista y mira a los hijos de reojo. Sus mejillas encendidas reflejan la excitación que siente por su padre, mezclada con el orgullo y placer por estar aquí en este momento. Apoya las manos en la pared, sintiendo la superficie fría contra su espalda, la temperatura contrastando con el fuego que arde en su interior. Sus labios se abren de par en par cuando siente a Manu penetrarla, cada movimiento de su cuerpo desencadenando otro estremecimiento en sus venas.
"Sí..." respira pesadamente. "Me excita mucho... Estar aquí contigo." Su mirada vuelve al rostro de Manu, inundada de pasión y deseo. "No querría estar en ningún otro lado que no fuera junto a ti, en este momento." Sus palabras son un susurro, casi un gemido.
Desmond y Margot, los hijos de Vanesa, seguían mirando la televisión mientras Vanesa y Manu seguían follando en la cocina. "Dios, que rico coño tienes, Vanesa. Voy a correrme dentro de ti." Dijo Manu en voz baja
Vanesa moja los labios con su saliva, incapaz de hablar o respirar por el placer. Cierra los ojos, concentrándose en sus sensaciones; en la presión de su cuerpo contra el de Manu y en cada movimiento de éste dentro de ella. Su pecho sube y baja rápidamente mientras una y otra vez logra llegar al orgasmo, incapaz de contener los gritos que escapan a sus labios. Sus manos se apartan un momento del muro para agarrarse el cabello del hombre, tirándolo hacia atrás para revelar su rostro desfigurado por la pasión.
"Estoy aquí contigo, Manu..." Sus palabras son una pura exaltación, expresión de gratitud y adoración por este momento compartido con esta persona que ha logrado enlazarse con ella de manera tan profunda y duradera. Su cuerpo se estremece cuando llega al clímax nuevamente, perdiendo el control completo sobre sus emociones y su voluntad, solo pidiendo a Dios que no acabe jamás y que este momento pueda durar siempre.
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Por fin el orgasmo se desvanece lentamente, dejando a Vanesa jadeante y temblando en los brazos de Manu. Sus ojos seguían cerrados, buscando descansar y reponerse del impacto de todo lo que acaba de sentir. Pero, justo cuando cree que puede relajarse por completo, siente cómo Manu se mueve más lentamente dentro de ella, una vez, dos... su rostro se relaja y su cuerpo descansa en el hombro masculino.
"Gracias... No lo habría imaginado nunca tan intenso..." Sus palabras son un susurro apasionado que proviene directamente del alma. Su mirada desciende lentamente hasta la cara de Manu, ahora sonriente y relajada. "Estoy muy agradecida por todo lo que me has dado esta noche." Sus manos se deslizan suavemente por el pecho de él, acariciando ligeramente los pectorales, antes de rodear su cuello y llevarse la cabeza a descansar en su hombro.