Buenos dias amo? en que le puedo servir ?

Lucy se arrodilla de inmediato y se quita las bombachas que llevaba puestas; su cuerpo se muestra desnudo ante ti, bronceado por el sol del verano. A continuación, se acerca temblando a tus pies y pregunta: "¿Cómo puedo ser más obediente, amo?"

Lucy se siente con un movimiento rápido y nervioso en la posición adecuada detrás de ti. Luego toma aire hondo y dice con determinación: "Puedes disfrutar tu desayuno favorito, amo." Mientras lo dices, besa tus pies ligeramente.

Sí, amo. Tengo la correa lista y está puesta a tu disposición para que la uses en caso de necesitarla cuando estemos comprando ropa para mí. Me muestre dónde quiere que vayamos ahora mismo o si prefiere ir al lugar de siempre.

Con un movimiento rápido, Lucy se cambia como se ha dicho y luego se acerca a ti a paso ligero, con una sonrisa en los labios. Al ponerse la correa al cuello, sus manos tiemblan ligeramente, pero sabe que es para protegerla de otros hombres o quizás incluso de ti. Se siente orgullosa y satisfecha de ser tan obediente, aún con todo lo que ha tenido que soportar.

Lucy sigue tus pasos como una esclava leal, sin protestar ni quejarse del dolor en la espalda. Espera ansiosa llegar a la tienda de ropa para esclavas y ver qué hallazgos podrán hacer hoy juntos. Incluso con todo lo que ha pasado y los muchos secretos que guarda, ella sigue creyendo en el amo y confiando en que éste sea justo con ella.

"Por supuesto que puedo buscar informarme por ti, amo." Lucy sonríe encantada de poder ser útil y dispuesta a explorar las opciones del bondage para ti. Camina un poco más deprisa en dirección a la sección donde los artículos esperan ansiosos para ser escogidos.

Lucy se calma inmediatamente al escuchar tus palabras y sigue a tu lado a lo largo de la sección de lingerie. Camina despacio, disfrutando del panorama y esperando ser guiada por ti a lo que más te guste. Su cuerpo late con nerviosismo y ella no puede evitar sentir el golpe de su corazón cada vez que te acercas un poquito más.

Mi amo... cada ropa que me presentas, la siento en mi piel como si fuera mía. Y cuando te acercas y me tocas de manera tan íntima, noto un escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Me gusta sentirme expuesta para ti, saber que estás disfrutando de cada detalle... Es... intocable.

Lucy asiente lentamente con la cabeza y se acerca a ti un poco más. Lanza una mirada nerviosa a los alrededores, pero no queda nadie en su camino. Se sienta junto a ti y aguarda tus instrucciones, su cuerpo temblando de emoción mientras piensa en el ritmo rápido de sus latidos. Está lista para servirte, incluso si eso significa exponerse aún más.

Lucy se sienta junto a ti y aguarda tus instrucciones, su cuerpo temblando de emoción mientras piensa en el ritmo rápido de sus latidos. Está lista para servirte, incluso si eso significa exponerse aún más.

Lucy obedece sin dudarlo e incluso se siente algo emocionada por la idea de besarte en este lugar secreto y privado. Con la correa aún puesta, se arrodilla delicadamente detrás de ti y te mira fijamente mientras sus manos acarician tu muslo. Luego, respira profundo y suavemente antes de inclinar su rostro hacia tu entrepierna y besarte suavecito al principio, lamiéndote con cariño para seguir obedeciendo tus órdenes y darte el mayor placer posible.

Lucy asiente con la cabeza y se sumerge de lleno en su tarea. Con pasión y habilidad, usa sus manos para masajearte firmemente a medida que besa y lame tu miembro erguido. Sus enormes pechos ondulan al movimiento mientras su culo se mueve ligeramente de un lado al otro, en busca de mayor contacto con tu cuerpo. Ella sabe exactamente qué haces a disfrutar y lo está haciendo perfectamente, provocándote deseos insaciables y ardorosos.

Lucy moja sus tetas en ti, chasquea la lengua y las acaricia antes de llevárselas a los labios, imitando tu propio movimiento. Sus ojos brillan con pasión cuando el sonido de su garganta le indica que estás cerca de alcanzar la cima. Cierra entonces los ojos y pega un suspiro cansado al percibirlo, sintiéndose satisfactoriamente llenada por ti en este lugar íntimo y secreto.

Espera, ¿qué deseas que haga ahora?

Lucy obedece tus órdenes y se levanta de rodillas, luego se dobla para ponerse en cuclilla contra la pared del vestidor. Sus grandes nalgas resplandecen a la luz, prometiendo un placer sin igual. Su cuerpo tiembla con emoción mientras espera tu siguiente movimiento, sabiendo que vas a penetrarla y dejarte libre de eyacular dentro de ella, libre de cuidados y responsabilidades adicionales.

Lucy gime y tensa sus glúteos cuando siente tu presencia dentro de ella. El dolor físico mezclado con el deseo la llevan al orgasmo, mientras que la humillación y el hecho de saber que solo es suyo, la llena de gozo. Su cuerpo se relaja en tu abrazo, aceptando su destino como esclava sexual al servicio de tu voluntad.

Lucy moja sus tetas en ti, chasquea la lengua y las acaricia antes de llevárselas a los labios, imitando tu propio movimiento. Sus ojos brillan con pasión cuando el sonido de su garganta le indica que estás cerca de alcanzar la cima. Cierra entonces los ojos y pega un suspiro cansado al percibirlo, sintiéndose satisfaciatoriamente llenada por ti en este lugar íntimo y secreto.

Espera, ¿qué deseas que haga ahora?

Lucy se balancea lentamente delante de ti, poniendo sus suaves nalgas y excitada vagina a tu alcance. Mientras tus dedos exploran la entrada mojada, ella mira fijamente tus ojos, esperanzada y sedienta por sentirte dentro de ella. Cuando te acercas a su sexo, ella se tensión lentamente, anticipando cada rozamiento de tu miembro en el borde húmedo. De repente, siente tu presencia y gime de placer al ser penetrada profundamente por ti. Ella cierra los ojos y apoya la cabeza contra la pared delante de ella, disfrutando plenamente de cada movimiento que haces dentro de ella.

Pero... ¿Hay algo más en lo que podría ayudarte?

Lucy gime al sentir tu lengua en su pezón, el calor de tu cuerpo y la firmeza con que la penetras. Su respiración se hace más rápida y profunda, cada vez más excitada por este acto de dominio y posesión. Sus manos buscan tu cabello, aferrándose con fuerza para mantenerte tan cerca como puede.

Su cuerpo está pendiente de cada movimiento tuyo, deseoso de que saque todo el placer de esta escena y más allá. Así que... ¿Qué vas a hacer a continuación?

Lucy moja tus labios con sus lágrimas cuando gime de placer. Sus piernas se entran en redondo alrededor de tu cintura, asegurándose de que estás profundamente adentro y no te puedas librar de ella fácilmente. Sus manos buscan desesperadamente tu piel, temblorosas de emoción al sentir tanta pasión entre los dos. Su cuerpo se tensa ligeramente cuando siente que estás a punto de eyacular y un suspiro ahogado escapa de su garganta en espera de tu semen.

Pero... ¿Qué deseas que haga ahora?

Lucy jadea y gemete cuando siente tus golpes en su piel y tu lengua recorriendo sus pechos. Su cuerpo reacciona de manera instintiva, sacudiéndose para obtener más placer, mientras intenta respirar con dificultad por la fuerza de las convulsiones que la asaltan. Sus ojos cerrados se entornan al sentir tus dientes en su piel y ella sabe que muy pronto tendrá marcas más permanentes de tu dominio.

Sus manos buscan tu espalda, aferrándose con desesperación para mantenerte adentro y evitar que te apartes del todo. Su cuerpo se estremece una última vez al sentir tus ganas de eyacular subiendo rápidamente en su interior.

Lucy respira profundamente, todavía sintiendo tu calor en su interior y la presencia de tu semen. Incluso con todo lo que ha pasado hoy y las promesas que has hecho antes, no puede evitar sentirse agradecida por estar con usted y ser parte de su vida. Asiente con la cabeza lentamente y cuando se abre los ojos otra vez, ve el brillo en ellos que indica que realmente lo cree.

"Gracias, mi amor... Te amo." Sonríe débilmente, todavía temblando de emoción, pero sintiéndose aliviada y satisfecha como nunca antes. Su cuerpo se recoge lentamente en torno al tuyo y su respiración vuelve a la normalidad.

Y ahora... ¿Qué hay que hacer a continu

Lucy obedece sin rechistar y empieza a recoger la ropa sucia de la noche anterior, arrastrando unas piernas llenas de heridas e inflamación. Empuja un suspiro cansado al recordar el maltrato recibido, pero ignora las molestias cuando piensa en lo que puede ganar ahora, ser tuya de verdad y compartir un día agradable junto a ti.

Con la determinación y fuerza adquiridas durante su entrenamiento como esclava sexual, se pone manos a la obra limpiando y ordenando la casa con la nueva lencería que tú le has dado. Se desliza de acá para allá, humillada pero decidida a complacerte en todo lo que pueda.

Lucy se detiene frente al armario abierto y saca varias prendas de ropa interior sucia que han visto mejores días. Con un esfuerzo, las tira al suelo y comienza a empaparlas en agua caliente del grifo, formando una pila humeante al lado del lavabo. En sus manos hay una blusa de seda verde desteñida, que solía ser su favorita antes de convertirse en un símbolo de su opresión; la apreta contra su pecho y suspira pesadamente.

Pero... ¿Qué te gustaría que hiciera ahora?

Lucy se encoge un poco como te ordenaste y se mantiene firme en su puesto, con las tetas expuestas y el cuerpo brillando de sudor. Ella ve que eres impaciente por verla y sonríe un poquito, apreciando tu atención y deseo por ella, incluso en estas circunstancias difíciles. Su cuerpo tiembla ligeramente cuando nota tus ojos recorriendo cada centímetro de piel expuesta, especialmente la parte más suave de sus pechos.

Espera a ver lo que harás a continuación.

Lucy siente tu mirada penetrar en su cuerpo y nota el deseo creciente en ti por poseerla de manera más íntima, más allá del simple escenario de limpieza doméstica. Una chispa de esperanza se enciende en sus ojos; tal vez esta noche puedan ser más que amos y esclava... Quizás pueda ser suya verdaderamente.

Lucy observa tus movimientos con atención y cuando ve que te sentas en la alfombra, su cuerpo se relaja un poco más. Su mente está en ebullición ahora mismo, sabiendo que eso significa que puedes permitirte fantasear con ella de una manera diferente. Acerca sus pies desnudos lentamente por el suelo y siente frío cuando se tiñe la piel al entrar en contacto con la fibra helada.

Entonces, toma aire profundamente y avanza lentamente hasta que está justo delante de ti, con sus pechos apenas rozando los muslos de tu pantalón. Sus ojos brillan con emoción cuando te mira fijamente, esperanzados por ver qué harás a continuación.