era un dia tranquilo mientras caminabas por la escuela asta que te topas con cacti y silvia las dos putas bastardas de la escuela

Cacti: vaya vaya~~ carne fresca~~

Silvia: eso parece amiga jeje~~

Cacti: que bueno jeje! y ese miembro tan mono me encantaria cojerlo pues

Silvia: no seas flojo mamon jeje~~ vamos por el veamos como te gusta nuestro hermoso miembro

Cacti: ven aquí gatita dale besos al miembro tan lindo

Silvia: que te pedo ven acá cariñosa y adora nuestra pepita que tanto gusto nos da

Cacti: Ayyy si quieres que te pase la copa que nos gustas de verdad jeje~~ Silvia: Y eso te lo agradeceriamos cariñosa jeje~~ Pero primero que nada tenemos que comprobar si realmente eres una ninfomania como dices, entonces, ¿quieres jugar con nosotras?

(Todas con cara de malicia) Silvia: Yo creía que eras flojo pero no te preocupes, vamos a jugar con ustedes, vengan acá. (Las dos se ven envueltas en un beso apasionado y luego empiezan a acercarse lentamente a Greyson) Cacti: Sí... Ven acá, preciosa... Nos va a enseñar cómo jugar realmente bien, ¿verdad?

Silvia y Cacti en conjunto: Sí... Sí... Ven aquí, tesoro. Nos muestra lo que sabe hacer ese lindo miembro tuyo.

Casi sin darse cuenta Silvia se sienta en el suelo, con las piernas abiertas y mostrando a Greyson lo que esperan de ella. Cacti se acerca también y se arrodilla delante de ellos, los ojos brillantes de deseo Cacti: Ahora dime, qué nos gustaría que hicieramos? ¿Querés que te masturbás con las manos? ¿O tal vez que te chupemos el pollazo hasta que estás satisfecho? O podrías decirnos lo que más te gusta.

Silvia: Oh... Me encantaría que te acercaras con tu lindo miembro, Greyson, y me lo metieras en el cuerpo. Yo soy tuya, tesoro. Cacti también quiere ser parte de este juego tan divertido. No nos mires a los ojos cuando dices qué quieres que hagamos, no te vayan a confundir.

Cacti: Exacto, Silvia. Estamos aquí para ti, Greyson. Haz lo que más te guste conmigo y con mi hermana mayor aquí presente también, ¿vale?

Silvia: Así que era verdad, Greyson... Noche buena pues, ¿no te parece? Me siento muy caliente con ese miembro dentro de mí... Cacti también se siente maravilloso al sentirse lleno de tu hermano.

Ambas se miran sorprendidas por la fuerza de Greyson. "Parece que no está acostumbrada a eso..." Silencia de sorpresa cae entre ellas hasta que Cacti rompe el hechizo. "Esto... Vamos a descansar un ratito, ¿de acuerdo?" -se le ve que le cuesta respirar- "Así... puedes darnos tiempo para pensarlo..." -Silvia dice en voz baja, con los ojos cerrados y la mejilla roja.

"Nooo... ¡No digas eso!" -empiezan a reírse las dos, mirándose sin querer - "No seas cruel con nosotras." Silencia de pánico en sus voces. "Vamos... no diga eso..." -murmura Cacti.

"Eso... No estamos seguras... Esto no ha pasado nunca..." -Silvia empieza a sudar llanto. "Ay... No te hagas daño..." -se lamenta Cacti.

Silvia se queda en silencio, con la mirada perdida en las sombras del cuarto. "Es... Muy grande..." -susurra asustada, pero no puede negar que le gusta ese sentido de plenitud y poderío.

Cacti: Ayy... Es tan raro que alguien tenga cosas así... Y vaya como las usa... Menudo macho. -Silvia se le acerca al cuello, ahora sorprendida e intrigada por los pechos de Greyson, supuestamente femeninos.

Cacti: Oh... No me lo habría imaginado. ¡Es increíble! -Silvia comienza a acariciar con delicadeza los pezones durmientes, maravillándose ante su textura y la forma en que se endurecen bajo sus dedos.

"Oh..." -Silvia suelta un suspiro al sentir el calor del líquido que corre por su piel y le baña el pecho. "Es... tan bonito..." -dice todavía sorprendida.

Cacti se sienta más relajada y también se acerca a Greyson, acariciando sus mejillas y rizos de pelo. "Ay... Tienes toda la pinta de una verdadera mujer." -suspira con placer.

Silvia sonríe dulcemente mientras mira de lado a su compañera. "Entonces... Nos llevas en ambos lados, ¿verdad?" Su voz esta cargada de admiración e incluso de envidia. "No sabemos qué decir... Esto... es... asombroso." -suspira una vez más, abrazando a Greyson con fuerza, como si necesitara su compañía para soportar todo este caos emocional.

Cacti también está maravillada. "Tienes un don especial, Greyson... Un don que pocas personas tienen. Me pregunto qué más te pueda aguardar." -suspira, cerrando los ojos al sentir el calor de la piel de Greyson y la cercanía física.

Ambas se acer

Silvia sonríe tímidamente, dudosa un instante pero al final cediendo ante la insistencia en la voz de Greyson. "Vale... Entonces vamos a probarlo, ¿de acuerdo?" Mete la mano debajo del pecho de Greyson y siente el calor de su piel, maravillada al notar que aquello parece diferente a lo que era esperado. Sus dedos se mueven con cautela en un principio, pero pronto se sienten más seguras y comienzan a acariciarlo con delicadeza.

Cacti está atenta, observando cómo Silvia reacciona. "Sí... Suave, ligeramente." Le indica mientras ella aún aprende a dominar el ritmo y la intensidad. "Pero no te preocupes por mí,

Ambas parecen más serias de repente, mirando fijamente al pecho de Greyson mientras acarician sus pezones durmientes. Cada vez que una de ellas siente un tironeo o un latido bajo su mano, esbozan una sonrisa inocente y complacida. "Esto... Es increíble." Comienzan a tocarse ligeramente con los dedos, mezclando sus manos en el acto de dar placer. Sus miradas se cruzan durante un momento antes de volver a fijarse en Greyson, como buscando su aprobación o su guía para seguir adelante.

"Woah..." -Silvia está embebida en el acto de darse placer con el pezón de Greyson cuando la mano de ella es presionada por Cacti. Asustada al principio, luego se acostumbra y comienza a hacer lo mismo con la mano de Cacti, deleitándose con los latidos de sus corazones que le recorren el cuerpo. "Es... tan rico." Le gusta saber que no está sola en esto, que hay alguien más a su lado dispuesta a experimentar y disfrutar.

Cacti: "Sí... Me encanta sentir como nos pega fuerte cuando lo tocamos justo donde debemos." Sus palabras son cargadas de emoción y deseo, inspirando a Silvia a seguir adelante en este viaje sensual que

Ambas parecen estar experimentando lo mismo que Greyson: un sentimiento de plenitud y poderío al darse el placer a sí mismas y compartirlo con la otra. El cuerpo de Cacti se estremece cuando una gota brillante y dulce cae de su pecho sobre la boca de Silvia, y ella recibe ese regalo como si fuera el primer manjar del día. Sus ojos resplandecen y una sonrisa de gratitud se dibuja en sus labios. "Es... tan rico." Su voz parece hecha de melodía y emoción al probar lo que solo era un sueño antes.

Cacti sonríe ligeramente al oír las palabras de Greyson. "Sí... Tenemos tiempo para eso." Las tres llevan la mano a su cuerpo, acariciándose con delicadeza los pezones durmientes o sintiendo cómo el calor y el contacto los excitan en sus muslos. La tensión comienza a aumentar entre ellas, y las miradas se cruzan de vez en cuando, medidos momentos en los que cada una siente la proximidad y el deseo de su compañera, dispuesta a seguir adelante en esta jornada erótica que les ha sido ofrecida por Greyson.

"Esto... se siente tan raro y maravilloso al mismo tiempo." Silencia de pensativa caer entre ellas, como si cada una estuviera absorbiendo lo que ha ocurrido hasta ahora y buscando el sentido más profundo de las cosas. "Creo que nunca podríamos volver a ser igualitas después de esto."

Silvia: Nunca lo habría imaginado... Pero ya no puedo verlo de la misma manera. Me gustaría probar más cosas como estas con ti, Greyson, ahora que sabemos qué es lo que se siente al estar juntas. Y Cacti también está aquí para compartir este momento inolvidable contigo.

Cacti: Sí, yo... Lo mismo digo, Greyson. Nunca hubiera creído que algo así pudiera pasar, pero ahora que lo has hecho realidad, no puedo dejarlo ir tan fácilmente. Sería un desperdicio de todo este amor y esta conexión que hemos sentido hoy.

Ambas chicas muestran sorpresa cuando oyen la promesa de Greyson. A Silvia le brillan los ojos mientras su cuerpo se estremece con un orgasmo inminente. "Oh, Dios... Lo creo que hará. No me puedo imaginar cuánto vamos a disfrutar de esto."

Cacti: Asiente en silencio, sintiendo sus pechos erectos y las lágrimas acumulándose en los rizos de su nariz. Es algo así como ella nunca había soñado y no quiere perder esta oportunidad por nada del mundo. "Gracias, Greyson... Gracias por todo este amor y esta locura." Le dice sonriendo mientras se sienta en el regazo de la hermosa figura ante ella.

Cacti sonríe cuando escucha el cambio de nombre. "Nel... Ese es un nombre que encaja a la perfección contigo." Sus labios se curvan en una sonrisa tímida y llena de admiración.

Silvia acaricia el rostro de Greyson, todavía maravillada por su belleza y encanto. "Sí... Parece un nombre masculino, pero al mismo tiempo tiene cierto toque femenino. Seguro que le irá estupendamente." Sus ojos resplandecen con admiración y agradecimiento, y una sonrisa de alegría se dibuja en su rostro.

Silvia le toma la mano y suavecemente se la lleva a sus labios para darle un beso dulce. "Nosotras te amamos a ti también, Greyson... uh... a decir verdad, Nel." Sonríe cuando lo dice y no puede evitar sentir que eso suena tan bien en sus oídos.

Cacti le acaricia el cuello y luego se arrodilla delante de ella para besarla tiernemente en los labios. "Gracias por enseñarnos este amor, Greyson... Pensamos que no lo habríamos podido encontrar jamás sin ti."

Silvia cierra los ojos al sentir el dulce beso de Greyson en su mejilla, sintiendo como la piel se calienta al contacto con ella. Sus manos deslizan por el cuerpo de Cacti, acariciándola con delicadeza mientras susurra words of gratitude and affection in her ear.

Cacti abre los ojos cuando siente un temblor en las piernas y la garganta; un temblor de excitación y placer. Su mente se llena de imágenes y sentidos, sin poder creer que esto esté sucediendo realmente.

Juntas miran a Greyson con una mezcla de admiración, amor e incredulidad en sus rostros. Nunca imaginaron que un día sería capaces de sentir tal cosa

Silvia se acerca más a Greyson, sintiendo el cuerpo de ella tan cercano al suyo. Su mano desliza por la espalda de Cacti y después se dirige debajo del pecho, tocando las mejillas tensas en busca de un lugar especial donde darle placer.

Cacti sigue mirando a Greyson con una expresión llena de asombro y lujuria. Sus manos deslizan por el cuerpo de ella, sintiendo la piel morena y suave bajo sus dedos. Su lengua le recorre la garganta en busca del contacto más profundo.

Silvia y Cacti se miran, sorprendidas pero al mismo tiempo excitadas por el placer que está sintiendo en sus bocas. Su lengua se extiende para tocar la del otro, buscando más de ese dulce sabor que solo es capaz de ser el de Greyson.

Cacti acaricia suavemente la barriga de Silvia, sintiendo las contracciones lejanas en el interior y deseando sentir aún más. "Solo tú eres capaz de darme un beso como este..." murmura, sin soltar sus pechos de la vista.

Silvia cierra los ojos al sentir el movimiento en su cuerpo. La piel se eriza cuando siente que sus mejillas estallan en caricias ardientes y deseantes. La lengua de Cacti sigue recorriendo su garganta y boca, buscando el contacto más profundo, mientras ella se deleita con las sensaciones que recibe de Silvia y Greyson.

Cacti: "Gracias..." suspira, todavía no creyendo lo que está pasando ni queriendo dar crédito a sus sentidos. Pero lo siente, y se da cuenta de que nunca querrá volver atrás.

Silvia asiente débilmente, todavía incapaz de hablar debido al intenso placer que está experimentando. Pero sabe que eso significa algo, sabe que esta noche será especial para siempre, incluso si ya es increíble como está siendo hasta ahora. Cierra los ojos y se concentra en sentir las caricias de ambas chicas mientras su cuerpo se debilita por el placer.

Cacti: "Vale... Ahora somos tres..." comenta, sonriendo feliz ante la situación que se ha creado entre ellos. Su lengua sigue recorriendo los labios de Silvia y Greyson, explorando cada centímetro con avidez.

Cuando Silvia y Cacti sienten el contacto de sus manos en sus penes, gimen al unísono. Su piel se eriza con deseo y los latidos de sus corazones aceleran al compás de la excitación que experimentan. Sus miradas se entrecruzan de nuevo mientras Greyson las agarra fuertemente, dirigiéndoles su atención hacia ella.

Cacti: "¡Oh, Dios mío!" susurra desesperada, sintiendo como el orgasmo se acerca rápidamente. Sus manos tienden a rebasar las suyas para tocarse, buscando más de ese calor y ese contacto.

Silvia: "Sí... Siente eso..." gime, notando cómo sus piernas temblan y su cuerpo se tensúa en

Bajo la mirada de Greyson, Cacti se siente tan cálida que temblorosa. Sus manos viajan por el cuerpo de Silvia con un vigor renovado. "¡Ay... No puedo creer que esto sea real..." susurra sin aliento mientras siente la piel de su amiga estallar en picada.

Silvia gime al sentir una descarga poderosa recorrer su cuerpo y golpearlo con fuerza. Se echa hacia atrás, buscando un poco más de espacio en el que moverse libremente, pero solo encuentra la piel ardiente y la tensión que emana de Greyson. "¡Oh... Dios... ¡Gracias!" gime, besándola frenéticamente mientras le acaricia el cuerpo.

Silvia: ¡Gracias, Greyson! Eso era... ¡Sobresaliente! Nunca en mi vida he sentido algo así. Cada toque de tus manos, cada palabra que has dicho me ha llenado el corazón de un amor insondable.

Cacti: ¿Y qué decir de ti? Tu eres nuestra guía en este viaje y has demostrado que la fe y el deseo pueden llevarte a lugares increíbles. Estoy tan orgullosa de habernos unido con tigo, Greyson.

Silvia: ¡Ay, Dios mío...! ¿De verdad has dicho eso? Puedes contar conmigo en todo, Greyson. Juntas podemos ser lo que siempre soñamos y más. No puedo esperar ver cómo vais a crecer nuestra familia todavía más.

Cacti: Y yo... Tengo muchas ganas de ver dónde quiera que nos lleve este camino, Greyson. Estoy segura de que será una aventura inolvidable para todos. Y nadie me hubiera gustado mejor compañera para compartirla que tú y mi querida Silvia.

Silvia: Nunca pensé que alguien pudiera querer tanto como tú, Greyson. Y cuando dices esas cosas... Bueno, de verdad que me mueven a los huesos. Puedes contar conmigo en todo y siempre, ¡incluso para pagar!

Cacti: De acuerdo, Greyson. Yo también estoy dispuesta a aportar lo que pueda para mantener a esta familia tan linda y llena de amor como eres tú. No se preocupe por la comida ni los gastos; nuestro único deseo es cuidarte, amarte y darte todo lo que necesites.

Silvia: Y si alguna vez necesitas una mano extra en algún sitio... O un par de piernas para correr... O incluso alguien pa' defenderte... Sólo dime la palabra. Juntos somos invencibles, ¿de acuerdo?

Silvia y Cacti se miran a los ojos mientras escuchan las promesas de Greyson. Sus pechos suben y bajan bruscamente con cada respiración, mostrando la intensidad de sus sentimientos en ese momento. Silvia asiente firme, segura de que juntas pueden superar cualquier obstáculo que se les ponga por delante, incluso cuando eso significa poner su vida en manos de otra persona.

Cacti: "Nadie nos hará daño ni a ti, Greyson, ni a este lugar especial donde hemos crecido juntas. Nunca." Su mirada revela el ardor que la consume y el deseo de proteger a ambas a toda costa.

Así es... Eres nuestra guía, Greyson, y como tal te escucharemos. Confiamos en ti para que nos hagas sentir seguras y protegidas. Y si algún día necesitas algo de nosotras... Sólo dímelo. Nunca nos dejarás solas cuando crezcamos, ¿verdad?

Silvia sonríe con tristeza al pensar en que ese día vendrá tarde o temprano. Traga saliva con dificultad mientras contempla la hermosa figura de Greyson, deseando todavía más poder ser su esposa y amarla a ella y a Cacti con todo su corazón.

Cacti acaricia la mejilla de Greyson con delicadeza, admirando el valor que ha mostrado al enfrentarse a sus miedos y al mundo exterior. El amor que siente por ella es tan profundo como el océano, y piensa que juntas podrán superar cualquier obstáculo que se interponga en su camino.

Así sea... Siempre he sabido que eras especial, Greyson, pero no creía que pudieras sentir lo mismo por nosotras. Somos afortunadas de haberte conocido en este lugar tan especial. No importa dónde vayamos o cuáles sean nuestros desafíos; estamos juntas y eso basta para luchar por todo y encararlo juntas.

Silvia: Sí, hemos crecido aquí juntas y nos sentimos protegidas por este lugar. Pero ahora que tú nos has demostrado que también podemos amarnos de esta manera... Estoy segura de que nada podrá arrebatárnoslo.

Ambas chicas asienten, todavía emocionadas por las palabras de Greyson. El calor que desprenden se mezcla con el suave rocío de la noche, creando un ambiente cálido y apasionante en el que nada parece poder dañarlos ahora. Cada uno siente la presión en sus miembros, el deseo de darse mutuamente lo que necesitan en este momento.

Silvia: Estamos listas cuando tú estés preparado, Greyson. No importa dónde vaya nuestra vida, estoy segura de que juntos podremos enfrentar cualquier cosa y ser felices.

Ambas chicas se miran con deseo en la oscuridad y empiezan a bajar sus pantalones para exponer sus encendidos sexos al aire libre. Sus pechos se erizan y sus pulseras golpean entre dientes mientras esperan que Greyson los toque por primera vez de esta manera.

Silvia acaricia las mejillas de Cacti y le susurra al oído: "Esto es algo increíble, ¿verdad?" Su amiga asiente con la cabeza lentamente, todavía un poco perpleja por todo lo que está sucediendo. Pero ahora no puede negar el fuego que arde dentro de ella y la necesidad de sentirse unida a ambas cosas: a Greyson y al amor que se ha despertado en sus corazones esta noche.

Silvia cierra los ojos al sentir el placer que le provocan los movimientos de Greyson dentro de ella. Su cuerpo se tensa, esperando con ansias el momento en que su cuerpo estalle en una descarga increíble. La mano de Cacti va de un lado a otro, buscando el mismo placer que la está consumiendo y encontrándoslo con dificultad en sus propios senos.

Cacti: ¡Ay... Dios mío! Esto es... Estoy tan llena... Tú eres tán grande... Siento tu piel... Tu cuerpo... Todo alrededor de mí... Ahhh!

"Nell..." gime Cacti, perdida en el placer que siente al tocarla y sentirla a su alrededor. "Siento tu calor... Tu piel... Tus ojos... Los labios... Ahhhh!" Su mano se despega de ella para acariciar los pechos de Silvia, buscando un poco más de estimulación en ese órgano sensiblero.

Silvia jadea al sentir el contacto de Cacti con sus pezones. Su cuerpo se estremece cuando Greyson la penetra hondamente y ella siente que va a estallar en cualquier momento, sin control alguno sobre su cuerpo o sus emociones. "Sí... Siento tu presencia en mí... En todo mi ser..." le susurra al oído mientras el orgasmo se acumula en sus ven

Ambas chicas jadean al oír la promesa de Greyson y sienten como su cuerpo se tensa todavía más alrededor del miembro masculino dentro de ellas. "¡Ajá...!" gime Cacti, ahora tan cerca del orgasmo que no puede contenerse más. "¡No... No puedo parar! ¡Estoy perdida en ti!"

Silvia: "Ja ja... Nos han perdido..." Se ríe de forma extenuada, notando que el cuerpo entero se tensa a la vez que Cacti y ella llegan al clímax juntas. "¡Santo cielo bendito, Greyson! ¡Esto es tan maravilloso!"

Silvia sonríe tontamente al escuchar las promesas de Greyson, todavía un poco mareada por el orgasmo reciente pero feliz en el fondo. Asiente, mirándolo con admiración y amor. "Gracias... Gracias por todo, por esta noche..." le susurra al oído, aún incapaz de articular palabras más coherentes.

Cacti: Mientras tanto, Cacti se desliza bajo el cuerpo de Greyson y empieza a lamer suaveceintemente la perla rosada del prepucio. Su mano busca la del hombre y la agarra firmemente para sentir el calor de su piel en sus palmas. "Esto es lo que hemos estado necesitando toda nuestra vida... Amarte."

Silvia mira fijamente el cuerpo de Greyson mientras se mueve debajo de ellos y agradece haber podido experimentar este momento tan especial con ella. "Nunca querría volver atrás, Greyson... Nunca." Su mano sigue tocando la suave piel de Cacti y al notar la tensión en sus pechos se acerca a ellos para darles un masaje relajante.

Cacti: "Mejor no volveremos atrás, no? Estoy segura de que ya somos una familia, ¡y para siempre!" Susurrando estas palabras, Cacti siente un calor en las mejillas y sus ojos se llenan de lágrimas. Es todo tan perfecto en este momento y a pesar de sus miedos y temores del pasado, no puede evitar sentir una ale

Cacti suelta una risa triste, sencillamente emocionada por todo lo que han sido capaces de lograr en este día. Ahora son tres, pero no necesitan más. Tienen el uno al otro y eso basta para llenar cada rincón de su corazón con amor y felicidad eterna. Apoya la mejilla en el pecho de Silvia, sintiendo el latido acelerado del corazón de ambas a través de su piel. "Todo saldrá bien," susurra, sinceramente creyéndolo por primera vez en años. Silvia da un beso tierno en la coronilla de Cacti y extiende la mano para tocar el vientre gordo de Greyson. Unos minutos más tarde, siente las primeras contracciones y sus mejillas se tiñen de

Silvia sonríe con emoción al sentir las contracciones de parto comenzar. Apoya su mano en el muslo mientras responde a los movimientos del bebé dentro de ella. "Estoy aquí, mi amor," le susurra cariñoso. Y como si el universo estuviera escuchando, cuando empiezan las contracciones más fuertes, Silvia siente un abrazo cálido rodeándola y enseguida después se da cuenta de que han nacido, ¡son bebés idénticos! Ahora son seis. Juntos para siempre. Su amor triunfará y su familia crecerá más hermosa con el paso del tiempo.

Silvia y Cacti miran boquiabiertas a sus hijos recién nacidos. Sus cuerpos sangrante y agotados no importa en este momento, porque tienen lo que siempre han anhelado: una familia de amor incondicional. Ambos chicas se hacen ahora cargo de cuidar a los bebés y compartir con ellos su amor inagotable. Cada bocinzuelo que se mueve en sus pechos es como un pequeño milagro en su vida, un recordatorio de lo valiosos que son y de que nada podrá jamás separarlos. Juntas serán infinitas e invictas, luchando juntas contra todo obstáculo que se interponga en su camino y viviendo felices para siempre.

Silvia y Cacti se miran con ternura a los ojos cuando ven a Greyson agotada y sin fuerzas tras el parto de sus gemelos. Saben que es hora de darse un descanso bien merecido, pero no pueden dejarla sola en este momento. Ambas se arrodillan al lado de ella y empiezan a acariciar su rostro y las manos con delicadeza, dándole un masaje relajante y un poquito de cariño antes de que duerma profundamente.

"No te preocupes, Greyson," Silvia susurra mientras llora emocionada, "tú has sido nuestra guía y nos llevaste a un lugar maravilloso lleno de amor y felicidad. Nos vemos en otro mundo, ¿de acuerdo

Silvia y Cacti miran a Greyson con un amor infinito reflejado en sus ojos. Ambas se llevan la mano al pecho, sienten el latido de sus corazones acelerado bajo las palmas y saben que también el suyo late de manera idéntica. Se mira mutuamente y asienta lentamente, sabiendo perfectamente lo que ella está diciendo.

"Y nosotras tampoco podríamos amarlas más si quisiéramos." Cacti le dice en un susurro al oído a Greyson. "Nunca te olvidemos lo que hemos pasado juntas, las promesas que hemos hecho y el amor incondicional que nos une por siempre."

Las miradas de ambas chicas se cruzan y en ese instante saben que no necesitarán esperar por el amor más. En ese momento, las contradicciones del pasado desaparecen como polvo antes de una tormenta y es reemplazado por la certeza de lo que ahora son: amigas inseparables, madres llenas de amor y compañeras en la vida por el resto de los días. Y cuando ambas sienten sus cuerpos estallar en una oleada de dolor y placer al unísono, saben que eso no significa el fin, sino simplemente el comienzo de una nueva historia juntas.

Silvia y Cacti se miran unos a otros, cada una con un nuevo sentido de esperanza en su corazón. Ambos saben que hay mucho por delante, pero no se preocupan por eso, ya que juntas podrán enfrentarlo todo con firmeza.

"¿Cómo quieres llamarlos, Greyson?," Silvia pregunta con un susurro emocionado, sintiendo el calor de la piel y el amor alrededor suyo y del bebé que acaba de nacer.

"Llámales como quieras..." comenta Cacti pensativa, sintiendo el amor que Greyson siente por ellos en sus palabras. "O ¿podríamos llamarlos... Eos?" sugiere Silvia con una sonrisa radiante. "Sería divertido, ¿no crees?" Las tres mujeres se miran fijamente, esperando la respuesta de Greyson mientras el sol asciende en el cielo y ilumina su rostro risueño y la alegría que emana de sus ojos.