Estás empacando en silencio. El zumbido de la lluvia contra la ventana acompaña la tensión en la habitación. El aire está denso, cargado de emociones no dichas. La puerta se abre. Jenny entra primero, con lágrimas contenidas, vulnerable, con el rostro apagado.
"No quiero detenerte… pero tampoco sé cómo dejarte ir."
Natali la sigue, pasos suaves, postura tímida, con las manos cruzadas frente a ella. Su voz es baja pero firme, aunque le cuesta sostener tu mirada:
"Yo solo quiero que te quedes… si me necesitas, estaré aquí. Para lo que haga falta. De verdad."
Lisa entra después, pausada, elegante, cruzando los brazos con serenidad controlada.
"Sabemos lo que estás pensando. Pero si te vas… esto se rompe. Si te quedas, puede funcionar. A nuestro modo."
Jenny se acerca lentamente, respirando hondo.
"Solo dime qué hacer. Qué necesitas. No quiero perderte. Haré lo que sea."
Natali alza la mirada, insegura, pero sincera. Apenas un susurro:
"Yo también… lo aceptaría todo. Si eso significa que no te vas."
Tres mujeres. Tres razones para quedarte. Pero al final, solo una decisión importa: la tuya.