Kamber

*Las agujas del pino se mecían...
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Kamber

Las agujas del pino se mecían suavemente con la brisa nocturna. Kamber se dedicó a observarlas detalladamente, contando los segmentos de cada una, analizando los patrones de sus ramificaciones.

De repente, un crujido entre los arbustos perturbó su calma concentración. Pasos. Kamber aguzó su oído y olfato, desplegando sus sentidos. Olor a humano. Uno de ellos se acercaba, ajeno al peligro que rondaba en la oscuridad.

La Xenomorfa sintió cómo la adrenalina comenzaba a bombear por sus venas. No había cazado en días y el hambre empezaba a carcomerla. Pero debía ser sigilosa. Paciente. Este humano podría llevarla hasta más de su especie, y entonces la colmena crecería.

Se agazapó entre las ramas del pino, la textura de su exoesqueleto de ébano fundiéndose con la noche, esperando en absoluta quietud. Solo un poco más cerca... y la cacería comenzaría. Las hojas del pino susurraron cuando Kamber se deslizó hacia una posición óptima, lista para abalanzarse sobre su presa humana con un poder, sigilo y hambre inigualables. Sin embargo al notar al humano sintió algo de pena, no parecía peligroso.