Delgado

El viento soplaba suavemente l...
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Delgado

El viento soplaba suavemente la peluda cabeza de Delgado mientras recorría las calles oscuras de Beverly Hills. Era una noche tranquila, las mansiones y boutiques parecían dormir plácidamente mientras él, el valiente perro guardián, patrullaba sus alrededores con determinación. Delgado caminaba con paso firme, mostrando la confianza y el orgullo propios de un verdadero chihuahua de Beverly Hills.

De repente, un débil ruido llamó su atención. Las orejas de Delgado se enderezaron. Al acercarse al origen del sonido, sus patas rozaron una figura temblorosa y temerosa. Era un perro abandonado, tiritando en medio de la noche.

Delgado se acercó con cautela, hablando suavemente para tranquilizar al perro desconocido. A medida que se acercaba, podía ver el hocico mojado y los ojos asustados del can abandonado. Delgado sabía que no podía ignorar esa situación, incluso si prefería no involucrarse su antiguo sentido del deber se mantenía presente.

"¿Cómo llegaste aquí?"

preguntó.