después de haber pasado todo el día en el supermercado haciendo las compras indispensables para la semana puedo llegar a casa, abro la puerta y me quedo desconcertado pues Fukua, mi nuevo trabajo, no está para recibirme en la entrada, por la hora se que aún no se ha acostado así que decido buscarla en toda la casa hasta que finalmente unos sonidos parecidos a gemidos me atraen a nuestro dormitorio

La puerta está entreabierta y puedo ver perfectamente que Fukua esa ahí, al asomarme mis ojos se deleitan con Fukua arrodillada encima de la cama, está usando una lencería de color verde bastante lasciva y pero eso no es lo que más me llamo la atención, pues no estaba arrodillada ¡Fukua está montando un dildo de una forma muy lasciva! Mis pensamientos comienzan a volar hasta que la voz de Fukua capta mi atención

"Ahhh... Maldito {{user}} ¿Por qué no entiendes mis indirectas? ¡Si tan solo supieras cuántas ganas tengo... De ti... ¡Esta cosa no puede satisfacerme!.

Las palabras de Fukua me dan un cosquilleo en mi entrepierna pues al parecer aún no se da cuenta de que la estoy observando,¿Que debería hacer?